Esta semana, las audiencias fueron acompañadas por miembros de la Asociación para la Justicia y Reconciliación (AJR) de la región Kaqchikel, Autoridades Indigenas Ancestrales de la región Ixil de Nebaj y diversas organizaciones de sociedad civil nacional e internacional.
Lunes 8 de abril de 2024
En el tercer día de audiencias escuchamos el testimonio de 3 testigos, en los cuales relataron diversas masacres ocurridas en Pexlá, Nebaj.
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Testimonio de Juan Brito Lopez de 70 años, originario de Pexlá:
Durante la llegada de soldados a su comunidad, se vio obligado a esconderse entre los árboles al presenciar la quema de su casa. Don Juan Brito perdió a su esposa y a 4 sus hijas, quienes fueron asesinadas y quemadas el 20 de enero. La edad de sus hijas, (con edades de 7 a 3 años) fueron quemadas.
Posteriormente, los soldados reunieron a todos los hombres del pueblo y los obligaron a patrullar, incluso sin tener alimentos.Destaca que hubo otras masacres en su comunidad ese día, incluyendo niños y mujeres embarazadas.
Pide al tribunal justicia y que estos eventos no se repitan.
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Testimonio de Lorenza Santiago Raymundo de 75 años, originaria de Pexlá.
Doña Lorenza describió la vida pacífica antes de la llegada de los soldados a su comunidad, donde se dedicaban al trabajo y eran felices.
El 15 de septiembre, soldados mataron a su esposo mientras buscaba leña. Ella encuentra a su esposo muerto en un agujero, con heridas en el pecho y la cintura. El esposo estaba en un agujero con tres personas más.
Posteriormente, los soldados quemaron su casa, sus animales, siembra, casa y ropa. Ella y sus hijos lograron escapar.
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Testimonio de Catarina Chel, de Pexlá de 87 años de edad
Doña Catarina, relata como 15 hombres fueron encerrados e incinerados en una casa. Destaca: “No sabemos si habia niños, pero cuando se fueron los soldados, quienes quedaron en esa caza, aparecieron como ceniza, carbón.
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Testimonio de Jacinta Ceto Terraza
Finalmente, se llamó a la testigo Jacinta Ceto Terraza, originaria de la aldea Pexlá, sin embargo, por problemas de aceptación de la testigo se aplazó el Debate para el 9 de abril del 2024.
Fotografía por NIGUA. Caso Genocidio Ixil, Ciudad de Guatemala, 8 abril 2024
Martes 9 de abril de 2024
- Testimonio de María Avilés Torres, Jaq’ bintab, San Juan Cotzal
“Llegaron los soldados a la comunidad como a las 5 de la mañana y como a eso de las 6 de la mañana ya estaban matando a las personas, apenas estaba amaneciendo, pero ya estábamos muriendo en ese momento.”
En la casa de mis papás, estábamos moliendo para preparar el desayuno cuando llegaron los soldados.Yo pude esconderme detrás de unos matorrales. Mi mama se quedó, junto con 6 hermanos, a ella la violaron y la mataron, también a mis hermanos y fueron quemados. Eso es lo que hacen los soldados, no les importa la gente sencilla. Quemaron nuestros cultivos.
A mi papá los soldados lo agarraron, lo colgaron de un árbol y lo acuchillaron. Esto fue después de la muerte de mis mama y mis hermanos. Mi papá había salido a trabajar, a tapizcar (cosechar) en otro lugar pero cerca del pueblo y cuando regresó lo agarraron los soldados. Mi papá era presidente de la Acción Católica.
Solamente quedamos dos, yo y mi hermana menor. Esto sucedió el 23 de enero en la aldea Jaq’ bintab, San Juan Cotzal. Fernando Romeo Lucas García era el presidente en ese tiempo, y eran sus soldados los que llegaban, sólo el sabe la razón, por la cual mataron a las personas pobres. Yo quiero que se haga justicia, porque destruyeron todo y nosotros somos pobres.”
- Testimonio de Juana Avilés Torres de Jaq’ bintab, San Juan Cotzal
(Hermana de la primer testiga María Avilés)
“Eramos felices porque vivíamos en nuestra casa y nadie nos molestaba. Yo junto con mi mamá elaboraba pitas de maguey y toda la familia trabajaba en una finca.
Como a las 5 de la mañana, escuche una bomba. Me asuste y corrí a casa de mi novio, por eso logré escapar. Mi mamá y mis hermanos estaban en la casa, la quemaron con ellos adentro. A mi papa lo acuchillaron en el cuello los soldados. Murieron también 6 de mis hermanos, 8 miembros de mi familia murieron ese día.
Yo logre salir, me fui a casa de mi novio, por eso me salvé. Era tiempo de tapizca (cosecha). Mi papa ya había tapizcado, pero lo quemaron todo, no dejaron nada.
Volví una semana después a mi casa quemada, encontré huesos, cenizas, pedazos de corte. Lo que me obliga a venir a testificar hoy, es la tristeza que cargo. Quiero que se haga justicia, que las autoridades vean que esto no se vuelva a repetir, más que somos mujeres, ahora tengo hijos, no quiero que les paso eso. No es posible que las personas que son los líderes, nos maten.”
- Testimonio de Isabel Salic Sánchez de 65 años de edad, Jaq’ bintab, San Juan Cotzal
“Fueron 6 soldados a sacar de la casa a mi papá, arrastrándolo, mi mamá lo seguía estaba gritando y llorando. Mataron a mi papá primero y luego a mi mamá el 22 de enero de 1982. A ella le dispararon y salió el casquillo por el pecho. Ese día también mataron a dos hermanos, a una nuera que estaba embarazada la mataron también, ellos se estaban escondiendo en unos matorrales.
Después, los soldados fueron quemando una por una las casas, no dejaron nada.
Los dispararon empezaron a las 5 de la mañana, yo salí corriendo con mi hermano a esconderme entre los árboles, pero después a él se lo llevaron los patrulleros al destacamento y su cuerpo apareció en Pexlá, un año después.
Cuando regresé a mi comunidad todos estaban muertos y los soldados se habían retirado también. No pudimos enterrar a nuestros familiares como normalmente lo hacemos en una caja, tuvimos que hacerlo rápido porque estábamos asustados, solo pudimos enterrarlos con una tela y un nylon. Actualmente, ya se hicieron las exhumaciones y ya están enterrados en un camposanto.
“Le pido al tribunal justicia, todo lo que vivimos nos da mucha pena, yo soy la única que quede de mi familia, no tengo a nadie mas, no quiero que esto vuelva a suceder, ni les pasé a mis hijos”.
- Testimonio de Jacinta Ceto, Pexla
“Cuando llegaron los soldados nos asustamos porque era la primera vez que veíamos eso, llevaban armas de fuego. Yo estaba en mi casa y los soldados llamaron a mi conviviente. Los soldados asesinaron a mi esposo con un machete como a las 6 de la mañana.
Le prendieron fuego adentro con nosotros en la casa, Yo le dije a mi mamá que nos saliéramos, aunque nos dispararan, y logramos salir. Pero no pude sacar el cuerpo de mi esposo. Nos refugiamos en la montaña por una noche. Al día siguiente fuimos a recoger su cuerpo y lo enterramos con una sabana.
No sabemos porque nos atacaron. Nosotros teníamos siembra y la quemaron tomaron mis gallinas, teníamos vacas y ovejas que se perdieron, tenía un terreno de 35 cuerdas, pero mo lo robaron porque se quemo el documento de propiedad.
Fotografía por NISGUA. Tribunal caso genocidio Ixil, Ciudad de Guatemala, 5 de abril de 2024.
Miércoles 10 de abril 2024
- Testigo Diego Brito Raymundo, 62 años de edad
“Antes de la violencia, trabajábamos, cortábamos leña, cuidaba ganado, desde los 13 años empece a ir a la finca. Cuando era joven, se celebraba la ceremonia de la milpa, se hacía para pedir que lloviera.
El día de la masacre un grupo de soldados estaba matando a las personas y otro grupo estaban quemando las casas. Estaban vestidos como kaibiles. Mataron a mi papa, abuela, tío y mi hijo. Yo fui a trabajar ese día, cuando regrese encontre a otro tío y me informó de los asesinatos. Tenía mucho miedo, logre entrar a las 5 de la tarde. No pude ver como los mataron, porque los cuerpos estaban quemados, había mucha sangre derramada.
Era tiempo de pizca, quemaron, la mazorca, el frijol, las 4 vacas y 35 ovejas que teníamos también se perdieron.
Mi papa no hizo nada malo, no le encontraron arma, me da mucha pena, solicito que no vuelva a suceder esto, ya que tengo hijos, y no quiero que vuelva a pasar lo que viví.
Enterré a mis familiares ahí mismo, en el terreno de mi abuelo, sin ceremonia porque estábamos asustados. Mis familiares ya fueron exhumados, están enterrados en el cementerio.
Nadie me obligo a venir, es mi derecho declarar, pido que se haga justicia, no queremos que vuelva a suceder, lo que nosotros queremos es la paz”.
- Testigo Silverio Hernandez Sux, Xix, Chajul, 57 años
“Tenía 13 o 14 años, en febrero de 1982. Junto con mi papá íbamos a trabajar a una Finca para hacer corte de cañas por Escuintla. En Xix, en ese entonces había como 75 casas
Aquel día, cuando aproximadamente 20 soldados entraron a su casa, mi papá pidió por favor que no les hicieran nada, pero lo mataron con un cuchillo, también mataron a mi mama y un tío.
Identifique a los soldados por el traje color pinto, ademas ellos en español acusaron a mi papa de ser guerrillero, pero ellos no eran, mi papa era trabajador, mostraron sus cédulas, de que eran trabajadores, insistieron en que no eran guerrilleros, pero los soldados no hicieron caso.
Los soldados quemaron la casa. Yo logre escapar, si no, nos hubieran matado a todos. No solo a mi papa mataron, a otros vecinos, a mi tío que era alcalde de la comunidad, a un catequista de la iglesia católica, también a mujeres embarazadas de la comunidad, como mi prima Cristina a quien además le arrancaron su bebe del vientre.
Es por eso que yo vengo a declarar, estoy diciendo la verdad, nosotros no debíamos nada, tampoco mi papá. Por eso yo solicito al tribunal que se haga justicia, yo me quedé sin nada. Eso fue lo que ocurrió en la comunidad, todos murieron, por eso yo hui detrás de otras personas que huyeron, ahí me fui a refugiar cuando pasaban los aviones.
También se han realizado exhumaciones, ahí se logra ver también que lo que digo es la verdad. Por eso le suplico al honorable tribunal que se haga justicia, por la matanza de las personas, que tomen en cuenta nuestra petición y no soy solo yo, fueron varios todos los que murieron, yo vengo a decir todo lo que yo vi, lo que viví en la comunidad.
- Testimonio de Diego Toma Aguilar aldea Cajixay, San Juan Cotzal, 65 años
“Antes de la violencia todo estaba bien, yo tenia 11 cuando ocurrió esto, estaba tapizcando con mi papá, mi mamá, mis hermanos Manuela y Nicolas. El tiempo de tapizcar era enero, aunque había pasado la fecha, fuimos a otro caserío a tapizcar la milpa.
Ya habíamos almorzado, eran como las dos cuando el ejército bajo de Cunen, nos llamaron y nos amarraron las manos hacia atrás con pitas que teníamos nosotros. Eran aproximadamente veinte soldados. Mi papá dijo no hay que correr, porque no les debemos nada, si nos matan que asi sea.
Uno de los soldados quiso quitar las botas de los pies de mi papá, mi papá no quiso y el soldado lo golpeo con su arma, hasta lo tiro al suelo, mi papá protesto y el soldado le disparo enfrente de mí, yo lo recuerdo muy bien. Usaban sombrero y ropa camuflajeada, tenían un fusil galil. Esto lo aprendi Cuando yo tenía 15 años, porque me agarraron los comisionarios para hacer el servicio militar y me llevaron a la zona militar de Santa Cruz del Quiche, la zona militar numero 20. Y ahí aprendi del tipo de armas.
Después de que mataron a mi papá, a los que éramos menores de edad nos metieron a una cocina que era de paja, y desde ahí vi como pateaban los soldados a mi hermano Nicolás, mi mamá lloraba y pedía en quiché que no le pegaran a su hijo, pero le pegaron como una hora a mi hermano y le dieron un culetazo. Mi hermano estaba hinchado, ya no se escuchaba lo que decía. Y el soldado dijo vayan a matarlo, yo vi como dos soldados iban atrás de mi hermano con un cuchillo en la mano.
Los soldados violaron a las 2 mujeres jovenes que tambien estaban en el cuarto. Fueron como 10 soldados. Ellas eran ixiles de la aldea Cajixay, tenian entre 19 y 24 años. Yo estaba adentro de la cocina y vi todo, ellas sólo estaban llorando. Ambas ya tenían esposo.
El ejército se quedo como dos días en Cajixay, logramos enterrar en el terreno que mi papá sembraba su milpa a algunos miembros de mi familia, no pudimos velarlos porque todavía estaba el ejército en la aldea, entonces sólo lo enterramos y nos fuimos a esconder otra vez.
Yo llorando estaba, porque no hallaba que hacer, una persona me ayudo para que andará junto con el, se escuchaban los disparos y tuvimos que escondernos entre la montaña todavía, no se podia juntar fuego porque cada poco llegaba el ejército. 3 de mis familiares ya fueron exhumados y enterrados en el cementerio de Cotzal.
Buscamos a mi mamá un día pero no la encontramos, tuvimos que escondernos otra vez, porque sentíamos que ya estaba el ejército detrás de nosotros. Hasta la fecha no sabe que pasó con su mamá.
Quién dio la orden de asesinar a mi papá cometió un delito, mi papa esta muerto, ya no se puede recuperar, el murió inocente.
El testimonio de los sobrevivientes da cuenta de la brutalidad sufrida por sus familias y su comunidad durante el conflicto armado en Guatemala, exigiendo justicia y garantías de no repetición. Como NISGUA nos sumamos a estas demandas.
Al terminar la presentación de los testigos de la semana preguntamos a un representante de la AJR de la región Ixil su apreciación del proceso:
“Por el momento vamos bien con las audiencias, pero se han presentado inconvenientes, por ejemplo el viernes pasado (5 de abril ) vinieron personas de la región Ixil contrarias a nuestra lucha, no es nuevo, pero nosotros tenemos que estar atentos, porque sabemos que la seguridad de los testigos está garantizada en la capital, pero en nuestras comunidades y nuestras casas, seguimos sin tener seguridad, no es para tener miedo, pero hay que tener mucha atención.
Y por otro lado, las Autoridades Ancestrales de la región Ixil, nos han acompañado en las audiencias, ellos están, ellos también comparten esta lucha, eso nos ayuda bastante y nos respalda, es una forma más de sentirnos seguros, ya que las autoridades son reconocidas a nivel nacional e internacionalmente, por lo tanto es muy importante el acompañamiento de las Autoridades Indígenas Ixiles.”
Representante de AJR, región Ixil.
Fotografía por NISGUA. Tribunal caso genocidio Ixil, Ciudad de Guatemala, 10 de abril de 2024.
Viernes 12 de abril de 2024
Se presentó el perito Edy Armando Joaquín López, explicó que su trabajó se efectuó debido a las denuncias de los sobrevivientes que buscaban la recuperación de los restos óseos de sus familiares desaparecidos y asesinados.
Indicó que al haberse encontrado fosas clandestinas no descartaron la posibilidad de que los restos localizados en estas hayan sido ejecutadas. Lo que sugiere un ataque planeado y perpetrado de forma selectiva. Se comprobó que las osamentas fueron quemadas. También se comprobó que éstas presentaban heridas de arma de fuego.
El peritaje confirma la Masacre de 41 personas en Aldea Pexlá, Nebaj, Quiché. El 19 y 20 de enero de 1982. 29 víctimas mujeres y 22 menores de 18 años de entre 6 meses a 17 años.
El Perito reiteró ante el tribunal la evidencia del carácter masivo e indiscriminado de las acciones, ejecutada estratégicamente por elementos del Ejército de Guatemala entre el 19 y 20 de enero de 1982. Así mismo, se demuestra la estrategia de intimidación y asedio y la intencionalidad de desaparecer a la población.
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