Comunicado de HIJOS el día de la Marcha de la Memoria, 30 de Junio, 2016
Digna Rebeldía
Subversión de la Memoria
Hoy compartimos con ustedes esta nuestra cueva de memoria, de lucha, de digna reVeldía; hoy queremos compartir que somos de carne, que tenemos huesos, que sangramos, que enfermamos y que luego sanamos. Lo sabemos, parece obvio. Es realmente común que nos duela la cabeza, que nos truene el estómago por el hambre y que se nos nuble la vista con los años, como sentir ganas de gritar con el enojo y llorar de la risa: es natural.
Sabemos también que el hambre no puede fingirse, que el despojo histórico en este país nos ha ocasionado pérdidas irreparables, que nos han querido quitar todo desde siempre, que nos han arrebatado vidas, sueños y futuros, masacrando pueblos enteros con balas y metralla, con mentiras y engaños. Sembrando miseria, caña de azúcar y palma aceitera, desapareciendo generaciones completas de hombres y mujeres que quisieron apalear de una vez por todas las condiciones que nutren ese hambre que no se acaba nunca, pero que se sobrevive entre sonrisas y resistencias hasta el día de hoy.
Nuestro cuerpo nos permite ver el despojo que hoy sigue, oler la sangre seca y recién derramada, saborear la bilis por el hambre, escuchar el llanto y palpar la injusticia rancia que vivieron nuestros ancestros y familiares, y que seguimos viviendo los “sin tierra”. Nuestra mente nos hace imaginar, crear, procurar, soñar y recordar. Es hermoso si lo vemos en conjunto, es el regalo que nos permite caminar hacia la construcción de una vida digna.
Somos esos hijos e hijas que nos negamos a que nos griten una historia impuesta, a que nos culpen de lo que nos han arrebatado. Que se atrevan entonces a insinuar que la lucha ha sido una excusa para enriquecerse, que no se ansía y necesita, sino que se finje e inventa, tal como ellos, que fabrican licencias para megaproyectos y acusaciones falsas en contra de quienes siguen caminando rebeldía, defendiendo la vida y la alegría.
Hoy seguimos sin ser iguales, sigue habiendo gente de metal, con corazas grises que no reflejarían ni su alma. Los que matan, violan, torturan, desaparecen y saquean; los que lo hacen desde siempre, y los que hoy que se ponen las botas y medallas para salir a desfilar. Esos que privilegian el oro sobre el agua, que condenan padres y madres porque en el país los niños huyen del hambre, de la violencia; esos que se escudan en el amor a la “patria”, que se autonombran honorables mientras asesinan la vida despiadadamente con la otra mano mientras ofrecen becas por violaciones sexuales.
El dinero, el control y el poder son el camino que han forjado para tratar de negarnos, de acabar con nosotros, con nuestra digna rebeldía. Niegan la muerte que sembraron, que siguen intentando ocultar a pesar de que siguen siendo ellos los genocidas, los violadores, los racistas, los patriarcas que violentan la tierra en nombre del oro y de dios; los que hoy, mas que nunca, son señalados una y otra vez en diversos procesos por crímenes de guerra y de odio. Pero también por ladrones, por desfalcar al pueblo, por lucrar con sus medicinas, con su salud, esos que construyen escritorios mientras matan maestros. Sí, esos que nos deben cómo estamos hoy.
Es por esa historia de muerte y esa necesidad de dormir en paz, por las que nuestros abuelos, padres y madres, tíos y tías, lucharon en ese entonces. Es por eso que caminaron en digna rebeldía, que defendieron la alegría y que fueron tras la vida. Nosotros los hijos y las hijas caminamos hoy, acompañados de su energía, para que ningún hierro forjado, de ninguna forma o por ninguna mano, atraviese nunca nuestras carnes, nuestras venas, nuestras creaciones ni nuestras memorias.
Que no nos quitarán la dignidad, no nos quitarán la rebeldía, y no nos quitarán la memoria.
Hoy 30 de junio, las calles se vuelven nuestras pieles que pintamos de alegría y de memoria para que nunca más salgan botas militares llenas de sangre a las calles.
Hoy 30, día de Nuestros Héroes y Mártires.
Somos Hijos, somos Hijas y llevamos este mensaje en nuestras pieles.
NISGUA acompañó la marcha pacífica el día 30 de junio 2016 y diversas marchas anteriores, por solicitude de HIJOS.
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