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30 de junio de 2017 – Se disponen 450 sillas en la Ciudad de Guatemala para la conmemoración de las y los 45,000 desaparecidos a manos de los militares. Foto: CPR Urbana

Foto: Rostros de algunas de las personas desaparecidas a manos de la Policía Nacional de Guatemala durante el conflicto. En el 2006, se descubrió un centro de detención ilegal en donde se hallaban millones de folios de la policía que contienen información detallada sobre las personas desaparecidas. Muchos de estos folios se están utilizando en la actualidad como pruebas en casos contra antiguos militares.

Desaparición forzada: resiliencia y creatividad en defensa de la memoria y por la justicia

El concepto de memoria histórica en Guatemala a menudo se concibe como un “territorio en disputa”. En la actualidad, la mayor parte de quienes cuentan con poder político niegan o menosprecian el alcance que, con el apoyo directo de Estados Unidos, tuvo el genocidio en el país. A su vez, las comunidades trabajan incansablemente para mantener la memoria de las 250,000 personas masacradas o desaparecidas a manos de los militares y la policía guatemaltecos durante el Conflicto Armado Interno.

De la misma manera que tanto en Guatemala como en el resto del mundo la opresión de comunidades indígenas y campesinas se ejerce en parte a través de tierras ancestrales y el cuerpo humano, en la memoria confluyen la violencia pero también la resistencia. Al contar sus historias, las y los sobrevivientes cuestionan de forma directa las versiones oficiales de la historia y reivindican un legado de resistencia ante el colonialismo y la opresión; el alzar la voz resulta una importante amenaza para las élites privadas y estatales que se ven favorecidas por el olvido colectivo.

Día a día, con creatividad, tenacidad y valentía, las y los sobrevivientes defienden y fortalecen la memoria colectiva de lo que ocurrió en el conflicto. Su trabajo busca evitar que jamás ocurra otro genocidio, y le da continuidad a la labor liberadora que las y los desparecidos no llegaron a terminar.

Hoy en día, a hace más de cuatro años del histórico fallo que declaró culpable por el genocidio contra el pueblo ixil al ex dictador Efraín Ríos Montt que obró con el apoyo de Estados Unidos, la lucha por la verdad, la justicia y la memoria continúa – en los tribunales y en la vida diaria de las y los sobrevivientes. El fallo de 2013 es el resultado de décadas de arduo trabajo y presenta oportunidades para más victorias jurídicas. Cada día, sobrevivientes, activistas, abogadas/os, artistas, sanadoras/es, y educadoras/es luchan por la justicia social y la liberación en Guatemala. La memoria histórica se mantiene presente en su labor como un hilo conector que la une a los siglos de incansable lucha.

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