Martes 18 de junio, audiencia 37
“Lo vi con mis propios ojos y sentí con mi propio cuerpo todo el dolor que causó el ejército”
Tiburcio Utuy (✝)
En el día 37 del juicio, el Ministerio Público presentó cuatro anticipos de prueba de sobrevivientes, cuyos testimonios fueron grabados el 20 y el 21 de julio del 2010. La abogada de la defensa pidió que no se escuchara el testimonio de María Caba, ya que no se presentó un documento médico que justificara su ausencia. El Ministerio Público comentó que Doña María tiene 95 años y está postrada en cama, por lo cual no puede asistir al tribunal.
Por su parte, el tribunal reafirmó que ya había resuelto este tema previamente, en la audiencia del 9 de abril del 2024, indicando que es necesario escuchar los testimonios ya sea presencialmente o reproducirlos en CD. Por lo que se procedió a escuchar el primer testimonio ante miembros de la AJR de la región Ixil y Autoridades indígenas ancestrales del pueblo Ixil, organizaciones internacionales y nacionales y prensa.
María Caba Caba
María Caba Caba, nació en la aldea Santa Ana, municipio de Chajul, pero vivía en Ilom en el momento de los hechos, junto con su esposo y sus tres hijos. Doña María tenía 82 años al momento de su declaración:
“En el tiempo de la guerra mataron a mi esposo en la aldea Ilom, el 15 de enero. Los soldados mataron a mi esposo, yo estaba cuando pasó. Estábamos durmiendo y como a las 5 de la mañana pasó el ejército. Quemaron mi casa y después la de mi vecino. Ahí murió mi esposo, ya nunca lo volví a ver. Yo me asuste mucho, creía que me podían matar a mí también.” Doña María señaló que también murieron dos de sus hijos.
Doña María relató que reconoció a los soldados porque estaban vestidos de camuflajeado y que huyó a la montaña junto con su hijo menor, durante 4 años: “Estuve en la montaña, sin comida, sin ropa, ni nada, solo malanga y hierbas comíamos con mi hijo. Las patrullas nos andaban siguiendo al igual que el ejército, yo corría con mi hijo”.
Doña María relata que después del refugio, regresó a Ilom y encontró su casa y sus pertenencias quemadas.
María Díaz Lainez (✝)
Doña María Díaz, relató que el 15 de enero, el ejército llegó a la comunidad como a eso de las cinco de la mañana y fueron por ellos a sus casas. Llevaron a los pobladores al mercado de la aldea. Separaron a las mujeres en un edificio y a los hombres, incluyendo su esposo, los metieron a la Iglesia, y fueron asesinados. Tras la masacre, los soldados hicieron que los enterraran en una fosa común.
En cuanto abrieron la puerta donde Doña María y las otras mujeres se encontraban, ella relata que tuvo mucho miedo y por ello huyó a la montaña, donde tres de sus hijos fallecieron y doña María tuvo que enterrarlos en un hoyo.
Doña María permaneció cinco años en la Montaña, alimentándose de hierbas y malanga. La testiga recordó que identificó a los soldados porque estaban vestidos de camuflado y venían de Amajachel, donde había un destacamento militar.
Bernal Asicona (✝)
En la reproducción de la declaración del testigo Bernal Asicona, el testigo mencionó que tenía 72 años y nació en la aldea Ilom, Chajul. El testigo relató que el 15 de enero de 1982, llegaron a su comunidad por primera vez elementos del ejército, quienes se llevaron a 6 comunitarios a los que nunca volvieron a ver.
El 23 de marzo de 1982, los soldados regresaron y llevaron a hombres y mujeres a la plaza, encerraron a los hombres en la iglesia y asesinaron a los que estaban en una lista en la escuela, sacándolos de dos en dos: “Si no estábamos en la lista, nos metían a una carnicería y a los que estaban en la lista, los mataron de dos en dos. La carnicería donde nos tenían encerrados, estaba rodeada por soldados.”
Tras esto, obligaron a los hombres a cavar tres fosas para enterrar a las víctimas. Los soldados fueron a donde estaban encerradas las mujeres y les obligaron a servirles el almuerzo, “porque ya tenemos hambre” dijeron los soldados. Al finalizar de cavar los hoyos, los soldados, les dieron cinco minutos para irse de la comunidad y dijeron que iban a empezar a quemar sus casas.
El testigo respondió que no recordaba el nombre de todas las mujeres que fueron obligadas a servir a los soldados, pero que las testigos María Caba Caba y María Díaz Lainez estuvieron en dicho grupo.
El testigo aseguró que fue el ejército el que perpetró la masacre porque reconoció su vestimenta, dijo que iban de uniforme camuflado y que la guerrilla nunca llegó a su comunidad.Tras la masacre, el testigo se refugió en la Finca La Perla donde cosecharon café sin paga, “trabajamos para que nos dieran un lugar donde dormir.” Fue hasta 1983 cuando pudo regresar a Ilom, aunque señala que “ya no había nada cuando llegamos” y que fueron obligados a unirse a las Patrullas de Autodefensa Civil (PAC’s).
Tiburcio Utuy (✝)
Don Tiburcio, relató que el 16 de febrero de 1982 vio como se acercaba el ejército, por lo que avisó a la comunidad y se puso en un lugar seguro, desde el cual pudo observar cómo el ejército rodeó la casa de una señora y le macheteó la cabeza. También pudo observar como a otra mujer de la comunidad que estaba embarazada, le cortaron la barriga, le sacaron al bebe y lo estrellaron. Tras salir quemaron la casa, con todas las personas adentro, “sólo cenizas quedaron” señaló. Agregó que ese día también asesinaron a 20 personas, incluyendo al bebé y las 2 mujeres.
Relató la tierra arrasada tras la entrada del ejército: “El ejército quemó coches, ovejas, perros, todo, todo, quedó completamente arrasada la comunidad, los árboles frutales y las siembras de las personas lo cortaron todo. Ya no podíamos vivir ahí, porque el ejército se mantenía circulando por ahí”.
Don Tiburcio relató que luego de la masacre él y otros sobrevivientes prefirieron esconderse en las montañas que morir a manos del ejército. Declaró que cuando ellos estaban en la montaña el ejército bombardeaba y ametrallaban las áreas en las que creía que ellos estaban ocultos. Explicó que luego de organizarse con las personas que estaban escondidas tomaron la decisión de salir en búsqueda de un lugar en el que se pudieran ocultar.
Estando la montaña, una tarde llegaron dos aviones de guerra y tres helicópteros, tirando bombas en la montaña, cerca de donde se refugiaban las personas, mientras que el helicóptero tiraba con la ametralladora: “Esa sagrada montaña nos salvó la vida” comentó don Tiburcio.
Relato como el ejército redobló su embestida y los cercaron militarmente en la montaña durante 6 meses, con el objetivo de capturarlos y matarlos: “Mucha gente murió, murieron más de 300 niños, y más de 100 adultos, por hambre, sed, sarampión, tosferina.”
En su relató comentó cómo fue capturado (estando en la montaña) por elementos del ejército en una ocasión que salió a buscar comida. Indicó que cuando lo interrogaron él les explicó que no sabía nada y que no los podía ayudar en nada, también le exigían que les llevara a donde los y las pobladores se escondían. Debido a que no los ayudó lo torturaron. El testigo relató que lo amarraron, le taparon la boca y los ojos y lo torturaron quemándolo con fuego. Tras esto, Don Tiburcio, fue llevado a varios destacamentos militares y la tortura se repitió en Sacapulas en donde lo interrogó el expresidente Otto Pérez Molina. Luego, lo llevaron a la base militar del Quiché en donde fue torturado 12 días. Indicó que por último fue trasladado a Playa Grande donde permaneció 5 meses.
Ante la pregunta del Ministerio Público de que pedía al tribunal don Tiburcio respondió:
“Lo vi con mis propios ojos y sentí con mi propio cuerpo todo el dolor que causó el ejército. Nosotros estamos exigiendo justicia, que se castigue a los responsables de las miles de personas que murieron. Yo les pido que ustedes como jueces, como autoridad, busquen que se cumplan las leyes.”
Miércoles 19 de junio, Audiencia 38
Se presentó el perito Juan Carlos Estrada Gamboa, experto en antropología forense, para ratificar su peritaje sobre la exhumación de cuerpos de la masacre del 23 de marzo de 1982, en la aldea Ilom, San Gaspar Chajul, Quiché.
Fueron encontradas fosas comunes cerca del cementerio de la comunidad. Los restos presentaban orificios de bala y en la fosa número 3 se encontraron 10 cuerpos apilados sin proceso mortuorio, es decir, no estaban en cajas, ni envueltos. Sin embargo, sí contaban con restos de su ropa y objetos personales. El perito explicó que en general, en ese entonces las personas de la comunidad contaban con pocos cambios de ropa, situación que hizo más fácil su reconocimiento por parte de los y las familiares. Tras la declaración del perito, se reprodujeron los audios de los testigos José Itzep y Juan Cruz.
José Itzep
Don José relató que desde 1980 llegaba el ejército a reunir a las mujeres de su aldea, solo a ellas porque todos los hombres estaban trabajando. Pero en el año de 1981 fue cuando empezaron con las amenazas y los interrogatorios. Explicó que él trabajaba en Chajul y se cruzaba con los soldados de vuelta a su aldea. Relató que en una ocasión lo golpearon por no tener información de la guerrilla y además lo extorsionaron para devolverle su cédula.
Don José testificó que en enero de 1982 sucedió la primera masacre de la que él se enteró, a 1.5 km de donde él vivía. A raíz de esto, en su comunidad se organizaron para protegerse, acordaron hacer turnos para vigilar y avisar cuando el ejército estaba llegando a la comunidad. Narró que 16 de febrero de 1982 el ejército asesinó a 21 personas en la aldea Xix, que era su lugar de residencia, incluyendo un bebé que aún se encontraba en el vientre de su mamá. Agregó que él ayudó a enterrar a las personas asesinadas. Además, les quemaron las casas, las siembras, los documentos de propiedad de sus hogares y les mataron a sus animales. Por eso decidieron irse a la montaña. Indicó que también otras familias huyeron a la montaña y que todos sabían que su única opción era huir a la montaña. Respondió que él estuvo casi 3 años en la montaña. Explicó que las pocas siembras que lograban el ejército se las cortaba o se las quemaba y que tuvieron que vivir de las hierbas que la tierra les daba. Aseguró que quienes asesinaron a todos los pobladores eran parte del ejército; vestían de camuflado, dijo.
José Itzep relató que el 16 de enero de 1982, el ejército, al cual reconoció por tener ropa camuflajeada, mató a 21 personas en su aldea, Xix, incluyendo un bebe nonato. Itzep ayudó a enterrar a las víctimas y sus casas, siembras, documentos y animales fueron destruidos. Itzep huyó a la montaña donde vivio casi 3 años, alimentandose de hierbas, ya que el ejército destruía sus siembras.
Don Juan Cruz
Después, se escuchó la declaración testimonial de Don Juan Cruz, quien contó que el 22 de enero de 1982, el ejército mató a su esposa y a dos hijos. Enterraron a su familia en un hoyo antes de huir. Dijo que murieron alrededor de 8 personas, a manos del ejército a quienes pudo identificar por sus uniformes y camiones militares provenientes de la Finca San José.
Jueves 20 de junio, audiencia 39
Este día se reprodujeron los testimonios de la Sra. María Gómez y el Sr. Sebastián Saquij Córdoba. Este día, se presentó en la Torre de Tribunales una delegación de mujeres laureadas con el Premio Nobel de la Paz entre ellas Rigoberta Menchú y la estadounidense Jody Williams, quienes junto con el resto de la delegación mostraron su apoyo a los y las sobrevivientes del pueblo Ixil.
Testimonio de María Gómez
En su testimonio la Sra. Gómez relató que ella fue testigo de cómo elementos del ejército de Guatemala llegaron a la aldea Jauventau un 25 de agosto a quemar las casas y siembras de los aldeanos, a matar a sus animales y asesinar a varias personas. Dijo no recordar cuántas personas murieron ese día, pero que a las personas que mataron en su comunidad no les pudieron dar sepultura, porque los soldados las tiraron en el río o en fosas.
Doña María, narró que ese día los soldados, llegaron a su casa a eso de las 11pm preguntando por su hijo Sebastián y que al encontrarlo lo sacaron, lo amarraron y golpearon. Agregó que luego de eso los soldados se lo llevaron, pero ella nunca supo el por qué. Explicó que a ella también la golpearon y que le quemaron su casa, ropa y que la dejaron sin nada. Contó que buscó en varios lugares a su hijo, pero que nunca lo encontró. Dijo recordar que ese día fueron 60 soldados los que llegaron a la comunidad y que abusaron y asesinaron a una niña llamada Katarina. Identificó a los soldados por su vestimenta color pinto.
Doña María testificó que logró escapar de los soldados y que se refugió en la montaña durante 1 mes, y acompañada de algunos vecinos y otros de sus hijos. Señaló que entre las personas que estaban en la montaña había niñas, niños, ancianos, mujeres y hombres, que se alimentaban de hierbas y regularmente de malanga.
Doña María narró que en el tiempo que estuvo en la montaña el ejército los acosaba tirándoles bombas y quemando lo que lograban sembrar. Contó que pudo regresar a su comunidad, pero al haberlo perdido todo tuvo que buscar otro lugar para vivir. Explicó que debido a todo lo que sufrió padece de susto y de dolores de piernas y que por momentos cree que todo volverá a suceder.
Testimonio de Don Sebastián Saquil
En el audio de Don Sebastián Saquij, grabado cuando él tenía 67 años en el 2010, él relató que elementos del ejército llegaron a su comunidad y los obligaron a ir con ellos al destacamento ubicado en el municipio de San Juan Cotzal, al llegar al destacamento los capturaron y a 4 de los hombres que le acompañaban los soldados los asesinaron, incluyendo un familiar suyo. Don Sebastián declaró que los cuerpos de las personas asesinadas se encuentran en una fosa ubicada afuera del destacamento y que todo esto sucedió en 1982.
Don Sebastián también fue testigo de la masacre de la aldea Chisis, aunque no podía dar una cantidad exacta de los soldados que atacaron la comunidad, pero que eran muchos y que tal vez asesinaron a unas 400 personas. Añadió que las casas de la comunidad también fueron quemadas y que si bien lograron escapar a la montaña no podía regresar porque el ejército volvía a la aldea cada 3 días a buscar sobrevivientes. Indicó que todos los y las pobladores saben que fue Gaspar Pérez el que le entregó un listado al ejército con los nombres de a quienes él acusaba de ayudar a la guerrilla.
Relató que en el tiempo que estuvo en la montaña los soldados los perseguían y bombardeaban las áreas donde creían que ellos estaban escondidos. Añadió que habían niñas, niños, ancianos, hombres y mujeres. Relató que en su momento muchos de las y los sobrevivientes intentaron encontrar a los familiares que el ejército se había llevado, pero nunca los encontraron.
Hombres y mujeres sobrevivientes del genocidio en la región Ixil afuera de la torre de Tribunales, acompañados de las autoridades ancestrales Ixiles, miembros de organizaciones sociales y la delegación de mujeres laureadas con el Premio Nobel de la Paz. Foto: Verdad y Justicia
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