Este octubre se cumplen dos años del Paro Nacional Indígena de 2023 en Guatemala, una movilización histórica que reunió a miles de personas en todo el país en defensa de la democracia, la dignidad y los derechos de los Pueblos Indígenas.

Durante 106 días, Autoridades Indígenas y liderazgos comunitarios de distintos pueblos coordinaron bloqueos pacíficos, concentraciones y acciones colectivas en todo el país —incluidas grandes movilizaciones en la Ciudad de Guatemala— para exigir transparencia, respeto a la voluntad popular y el fin de la corrupción.

Manifestantes sostienen una manta blanca con texto negro que dice "No al golpe de estado, Pueblo Xinka presente" frente a un edificio colonial con arcos y el letrero "Corte de Constitucionalidad". Un hombre con sombrero de ala ancha y camisa a cuadros azules levanta los brazos sosteniendo un bastón ceremonial mientras está parado sobre una esfera de concreto.

Pueblo Xinka se moviliza frente a la Corte de Constitucionalidad en Ciudad de Guatemala durante el Paro Nacional de 2023, defendiendo la democracia y la dignidad. Foto de Colectivo Anpük, octubre de 2023.

La organización y solidaridad entre las comunidades fueron fundamentales: muchas permanecieron firmes durante semanas frente a la Fiscalía en Gerona, exigiendo el fin de los ataques contra la democracia y las instituciones. El paro reflejó un largo legado de resistencia colectiva y de cuidado de la vida, guiado por el liderazgo ancestral y la fuerza de los Pueblos.

En palabras de Víctor Sales, Coordinador Departamental de la Asamblea de los Pueblos de Huehuetenango en Defensa del Territorio y por la Autonomía y la Libre Determinación de los Pueblos (ADH):

El objetivo primordial del Paro Nacional fue estratégicamente la defensa del voto popular y democrático y sobre todo la toma de posesión del presidente de la república, y finalmente la defensa de la democracia del pueblo. Los pueblos depositaron su confianza y esperanza en conseguir su gran sueño en los cambios de vida de los pueblos en seguimiento y búsqueda de la segunda primavera democrática el cual lo había iniciado el Dr. Juan José Arévalo y Jacobo Árbenz Guzmán, por tanto solo era posible conseguir en la administración del presidente Bernardo Arévalo de León.

Lamentablemente, en el inicio del ejecutar su plan del presidente en turno, se topó con un gran muro que se llama “El Pacto de Corruptos” con una intención de tomar todos los poderes del Estado. Ahora la batalla política y jurídica del presidente es eliminar todo tipo de tácticas llenas de artimañas sucias del Pacto de Corruptos que obstaculiza inmensamente al gobierno a demostrar al pueblo lo que tenía en mente y su plan de cambio.

Es injusto pensar que el gobierno no está haciendo nada, afirmamos que sí está haciendo algo, principalmente en descubrir a corruptos, pero la estrategia de corruptos lo convierten todo en un desierto, en un desastre. ¿Por qué resiste todavía el gobierno? Porque la política internacional le está apoyando bastante, tal vez una migaja, pero se extiende en los continentes, esto apacigua a eliminar su administración.

No estamos en contra ni a favor del presidente, pero sí el gobierno y su gabinete han caído en desgracias, tardíamente en reacciones, acciones tibias y se pierde luego en afinar estrategias centradas. No aprovecha la maquinaria pesada, siendo la decisiva que se llama “pueblo” quizás no confía en su totalidad a esa máquina definitiva. El costo, hasta el día de hoy, se centra en la baja credibilidad en él y su administración.

Si el gobierno y su gabinete no logran descubrir esa táctica y esa estrategia en eliminar al Pacto de Corruptos, los pueblos vamos en decadencia, vamos a sufrir inmensamente los costos, retrocesos, crisis, miedo, criminalización y hasta un caos se puede experimentar, que no sabemos por cuanto tiempo puede tardar.”

Durante el paro, Autoridades Ancestrales de diversos Pueblos Mayas realizaron ceremonias comunitarias, asambleas y rituales de justicia, como el sagrado Xik’ay, denunciando la corrupción y exigiendo el fin de la impunidad.

Grupo de Autoridades Indígenas con trajes tradicionales se reúnen en círculo alrededor de una lona extendida en el pavimento que muestra fotografías de funcionaries públiques. Las mujeres sostienen bastones ceremoniales mientras participantes y medios de comunicación rodean la escena.

Autoridades Ancestrales de diferentes Pueblos Maya aplican el sagrado Xik'ay a imágenes de funcionaries acusades de corrupción durante el Paro Nacional de 2023 en Guatemala. Esta práctica ancestral de justicia comunitaria simboliza el rechazo popular a la impunidad. Foto de Prensa Comunitaria, 2023.

Dos años después, la memoria de aquel movimiento sigue viva, mientras las comunidades continúan defendiendo los valores que inspiraron el paro de 2023. Al mismo tiempo, varias Autoridades Indígenas que desempeñaron un papel clave en la coordinación de las movilizaciones enfrentan procesos de criminalización.

Tres de ellas — Héctor Chaclán, Luis Pacheco y Esteban Toc — fueron capturados y están a la espera de juicio bajo los cargos de asociación ilícita, sedición, terrorismo, obstaculización a la acción penal y obstrucción a la justicia. Dos, Chaclán y Pacheco, permanecen en prisión preventiva, mientras que Toc fue puesto en libertad condicional.

Una integrante de la Asociación para la Justicia y la Reconciliación (AJR) reflexiona sobre el Paro de hace dos años:

“El Paro fue muy importante para el pueblo, si no lo hubiéramos hecho nos siguieran pisoteando los corruptos. Como AJR nosotros nos apoyamos en varias regiones y con varias organizaciones, unidos no nos dejamos cuando algo pasa en nuestro país y logramos que se respetara la presidencia elegida por el pueblo. Aunque actualmente hay líderes criminalizados que encabezaron el paro, vemos que logramos que no entraran al gobierno los corruptos que no son buenos líderes para el país.

Necesitamos continuar organizándonos para los cambios que vienen, hay nuevos procesos de elección de fiscal general, de magistrados, por lo que necesitamos estar muy atentos y actuar. Nosotros como sobrevivientes no nos quedamos atrás, logramos sobrevivir las balas que nos corretearon en el Conflicto Armado y a pesar de eso hemos logrado muchas cosas. Creemos que hay que seguir luchando, hacer conferencias, comunicados, manifestaciones, no nos quedaremos con las manos cruzadas.

El aniversario no es solo un acto de memoria, sino también un llamado: a reconocer a los Pueblos de Guatemala como el corazón vivo de la democracia, defensores de la tierra y de la verdad. Su lucha sigue recordándole al mundo que la justicia no se concede desde arriba, sino que se construye desde abajo, con el coraje de quienes se niegan al silencio y mantienen encendido el fuego ancestral de la resistencia para las generaciones que vienen.