El pueblo Xinka mantiene una lucha para proteger la vida, el agua y el territorio, de los mortíferos megaproyectos extractivitas, incluyendo la minera Escobal. Su compromiso por defender la vida frente a corporaciones transnacionales, les ha costado criminalización, ataques y asesinatos.

A 10 años del asesinato de la joven Topacio Reynoso Pacheco de 16 años de edad en el atentado que también hirió a su padre Alex Reynoso; los responsables siguen en la impunidad, y la familia Reynoso Pacheco sigue exigiendo justicia. En palabras de Alex Reynoso:

“A 10 años del atentado. Las investigaciones no apuntaron a ninguna parte, el ministerio público y la fiscalía de delitos en contra de defensores de derechos humanos. Aunque tengan la voluntad de realizar una investigación al final son inútiles. En vez de ayudar a los familiares de las víctimas y o las víctimas, terminan perjudicando, al verse que están investigando a personajes o empresarios muy poderosos, aprovechándose estos da la corrupción del sistema judicial, a estos 10 años yo pediría a las instituciones de derechos humanos,  sea internacionales o locales realizar presión para que haya  una institución similar a la CICIG que funcione de la misma manera en este caso que se investiguen los atentados a defensores de derechos humanos,  Que de lo contrario todas las personas que hemos recibido atentados, solamente quedarán archivados y sin respuesta a lo sucedido”.

Es inaceptable que las personas defensoras del agua y del territorio sean asesinadas cuando son ellas y ellos que luchan para que todas las generaciones que vienen puedan vivir. Nos comprometemos de nuevo a luchar por un mundo en el que Topacio hubiera vivido una vida larga y digna. Mantenemos su legado y su memoria, nunca se olvidará su vida y su lucha.

¡Justicia para Topacio!