Lunes 10 de junio del 2024, Audiencia 34

“La represión también alcanzaba a la población civil que el ejército considerara simpatizante o colaboradora de la guerrilla” Kate Doyle

El lunes la abogada Peralta, defensa de Benedicto Lucas García, empezó su interrogatorio a la perito Kate Doyle. La perito explicó los pasos legales que se llevan a cabo para la examinación de los documentos desclasificados. Doyle le indicó a la defensa de Lucas García que al realizar un análisis profundo de los documentos, se evidencia que la represión no sólo era contra los guerrilleros, sino que la represión también alcanzaba a la población civil que el ejército considerara simpatizante o colaboradora de la guerrilla.

Después del interrogatorio de la defensa, el tribunal preguntó a la perito  cómo funcionan los archivos nacionales en EE.UU. Doyle respondió que por un lado están los archivos de cada dependencia, y que su organización el National Security Archive opera con copias certificadas de los documentos oficiales, emitidos por las propias dependencias del Estado y señaló que cualquier persona puede solicitar copias de estos documentos, concluyendo así su presentación en la audiencia.

“Los soldados decían que éramos guerrilleros, pero nosotros no teníamos arma, éramos trabajadores.” Testigo Tomás Chamay López (✝)

La audiencia continuó con la escucha del testimonio de Tomás Chamay López (✝)  el cual fue grabado como anticipo de prueba el 23 de octubre del 2014. En ese entonces, Don Tomás, tenía 60 años de edad, era originario de Chisis y testificó sobre dos hechos. 

En el año 1982, Don Tomás, tenía 5 hijos de 10, 8, 6 y 4 años y un último que nació tras su escape a la montaña. El primer hecho que narró Don Tomas fue una masacre cometida por el ejército en la Finca San Francisco, ubicada en San Juan Cotzal el 24 de mayo de 1981: 

“Fui al mercado con mi mujer en la Finca San Francisco, cuando estábamos ahí, llegaron los soldados y pusieron a todas las personas en fila, a algunas golpeándolas con arma para que se pusieran en la fila. Cuando ya estábamos formados se pusieron a tirotear. Todo el mundo salió corriendo para todos lados, nos dispersamos y hasta después me encontré con mi mujer.” 

Don Tomás relató que ese día murieron dos personas de Chisis y que como era domingo día de mercado, había personas de muchas aldeas, murieron ancianos, niños, bebés, gente de todas las edades. Ante las preguntas del Ministerio Público sobre por qué identificaba que eran soldados, Don Tomás señaló  que los soldados iban vestidos de color pinto y con la cara tapada con pasamontañas, además se les distinguía porque” tenían buenos zapatos”. Añadió: “Los soldados decían que éramos guerrilleros, pero nosotros no teníamos arma, éramos trabajadores.”

Tras encontrarse con su mujer, regresaron juntos a Chisis. El siguiente hecho que relató, fue la masacre de Chisis el 13 de febrero de 1982: “Estábamos en la casa, escuchamos que hubo tiroteos y logramos escapar. Como a las 5:30 am empezaron a matar a la gente. Los soldados tenían vigilado el pueblo y llegaron desde el destacamento”. El testigo expresó:

“No sé que tenía el presidente en su corazón, su mente, que nos mandó matar. Somos personas, no entiendo por qué mandaron matarnos. Éramos personas trabajadoras, yo perdí a tres hermanos”.

El testigo continuó su relato con su tiempo en la montaña, donde estuvo escondido por un año y tres meses: “Me fui a esconder a una montaña. Muchas de las personas murieron quemadas dentro de sus casas, a otras les dispararon y a otras las cortaron. Mientras estábamos en la montaña, nos seguían persiguiendo los soldados, lo que querían era matarnos a todos.” 

Don Tomás testificó sobre la hambruna que pasaron en la montaña y el constante asedio de los soldados. Finalmente, logró llegar con su familia a la aldea Santa Abelina. Ante la pregunta del Ministerio Público de que esperaba del juicio Don Tomás respondió:

“Que haya una ley, una solución. El gobierno está para proteger a las personas, mataron a mucha gente, quemaron nuestro maíz, ¿qué culpa tiene el maíz? si nos alimenta, sirve para sobrevivir, quisiera que hubiera una ley.”

Martes 11 de junio del 2024, Audiencia 35

El martes fue citado Eyal Weizman, perito en Arquitectura Forense. Él es profesor en Goldsmiths University de Londres, director de Arquitectura Forense. Se conectó a la audiencia por videoconferencia desde la Embajada de Guatemala en Londres y presentó su peritaje, “La tierra arrasada: Violencia medioambiental en el territorio Ixil”. 

La campaña militar llevada a cabo entre 1980 y 1983 incluyó la destrucción de edificios y bosques. El perito presentó fotografías aéreas que mostraban el antes y el después de la campaña. Hay una clara destrucción de casas y campos de cultivo. En la zona de Pexla, mostró una foto aérea con dos aldeas modelo a las que se obligó a desplazarse a la gente, 135 casas destruidas y 19 casas que quedaron.

Su equipo también realizó visitas a la zona para comparar las conclusiones extraídas de las pruebas fotográficas aéreas.

El perito explicó que la cultura de los Mayas Ixiles depende de una relación muy particular entre las montañas, los bosques, los campos y las aldeas y añadió que cree que en Guatemala hubo genocidio no sólo por las masacres de civiles, sino también por la destrucción de las condiciones de vida.

Miércoles 12 de junio de 2024, Audiencia 36

“En el caso de los pueblos Ixiles, pudimos ver que tienen una relación fundamental con la naturaleza desde el punto de vista espiritual y cosmológico pero también desde el punto de vista de sobrevivencia como población.” Paulo Tavares

El testimonio de Paulo Tavares, arquitecto forense, originario de Brasil expuso la violencia ambiental sistemática perpetrada contra el pueblo Ixil durante el Conflicto Armado Interno en Guatemala. Tavares junto con Eyal Weizman realizaron en 2016 un peritaje ambiental en la región Ixil, por lo cual se encuentra el día de ahora presente vía videoconferencia para presentar las conclusiones de su peritaje.

Sus conclusiones son evidencias de cómo la guerra de contrainsurgencia tuvo como objetivo transformar el modo de vida, la cultura y la organización social del Pueblo Ixil.

Tavares describe las estrategias militares utilizadas para destruir la relación fundamental que el pueblo Ixil tenía con la tierra, tanto desde un punto de vista espiritual, cultural, cosmológico como de supervivencia. La pérdida de sus tierras y sus vínculos les impidió mantener sus prácticas agrícolas tradicionales. Esta ruptura de su relación con la tierra ha generado desorganización social, quiebras en su estructura cultural y dificultades para el desarrollo como población indígena.

Estas estrategias incluyen las operaciones de “peinada” y “tierra arrasada”, la destrucción de haciendas y bosques, y el desplazamiento forzado de la población.

Tavares aboga por una reparación profunda que incluya la restauración del medio ambiente y el reconocimiento de los territorios Ixiles desde una perspectiva ecológica, no sólo legal. Esta reparación debe contemplar tanto aspectos simbólicos como ambientales para permitir la recuperación de la cultura y el modo de vida del pueblo Ixil.

“La violencia no es solo haber sacado de la casa sino acciones contra el ambiente hicieron parte de la violencia. El ejercitó aportó la idea de que para ‘matar el pez hay que drenar el agua’, el pez es la población Ixil y el agua su ambiente. Fue una estrategia contra todo el medio ambiente de la población indígena, es una intencionalidad genocida.” – Paulo Tavares

El testimonio de Tavares proporciona evidencia contundente de la violencia ambiental como una forma de genocidio contra el pueblo Ixil. Su análisis resalta la importancia de reconocer el impacto profundo que la destrucción del medio ambiente ha tenido en la cultura y el desarrollo del pueblo Ixil, y la necesidad de una reparación integral que aborde tanto las dimensiones ambientales como simbólicas de este crimen.

Fotografía por NISGUA. Ciudad de Guatemala. Junio 2024