Esta semana se presentaron en Santa María Nebaj 9 testigos de masacres y una testiga de violencia sexual, para testificar contra el ex- militar Benedicto Lucas García por las masacres y crímenes cometidos en 1982 contra la población Maya Ixil.

Arriba se lee en letras blancas nunca mas rios de sangre y abjo sobrevivientes del genocidio ixil testifican en Nebaj. En la imagen hay una manta que dice en letras letras el pueblo ixil si tienen meoria, en letras rojas nunca mas rios de sangre, luego letras negras mas pequeñas, decimo aniversario de la y una motocicleta roja

Afuera del juzgado en Nebaj se observa una manta recordando el décimo aniversario de la sentencia por genocidio del 2013, la cual fue colocada el último día de audiencia en Nebaj. Foto por NISGUA.

Lunes 19 de agosto de 2024

La primera testiga en presentarse fue Doña Catarina Utuy de Xix de 71 años de edad. Su esposo tenía 30 años cuando murió, la testiga tenía 4 hijos cuando sucedieron los hechos, incluyendo una bebe que tenía 20 días y murió durante el desplazamiento por falta de alimentos. Compartimos fragmentos de su testimonio:

“A las 6 de la mañana llegaron los soldados y se estaban juntando en la plaza de Chajul. Fuimos a visitar a mi mama cuando escuchamos gritos, mi esposo salió a ver y dijo que las personas estaban corriendo, estaban escapando, las primeras casas ya las habían quemado. Mi esposo llevó a mis papas porque eran grandes y yo fui por mis hijos, y yo sentía que olía a chicharrón, cuando llegue a la casa, me dijeron que habían quemado a mis sobrinos, ean 5 varones y mi sobrina ya estaba embarazada, le quedaba un mes y la quemaron. También mataron al alcalde de nombre Zacarías.

“A una semana llegaron otra vez, yo estaba en mi casa y escuché cómo los soldados atacaron a mis vecinos. Algunas personas lograron ocultarse en el cerro, a la 1 de la tarde las personas fueron a traer a los muertos y llevarlos a enterrar. Al día siguiente, llegaron los soldados a mi casa, la quemaron y quemaron mi mazorca.

“A las 8 de la noche salimos de Xix, saber cuántas personas íbamos, los soldados llegaron a tirar bombas desde los helicópteros. Luego nos fuimos a Sumal Grande, los que éramos de Xix fuimos a pedir posada, pero ahí también llegó el ejército a quemar a personas, incluyendo a mi esposo quien fue a buscar elotes.

Eso fue el sufrimiento que pasamos, nos fuimos a Santa Clara y lo mismo fue a hacer el ejército, volvieron a quemar y matar gente. Después de 15 años de estar en Santa Clara, volvimos a Xix,, el terreno de mi esposo fue repartido por los comisionados (militares), ya no tenía terreno cuando llegué, ya habían hecho sus casas y sembrado su milpa sobre mi terreno. Tuve que comprar un lugar pequeño para mis hijos, cuando llegamos a Xix, pero tuve que trabajar en la costa para poder proveer para mis hijos.

“Eso es lo que yo digo, lo vimos, nos sucedió, fue un gran sufrimiento que pasamos, lo que queremos es justicia por el sufrimiento que nos hicieron, ese es el dolor que tenemos en el corazón. Lo que pido es justicia”.

Actualmente sus familiares asesinados durante el Conflicto Armado Interno que estaban enterrados en Xix ya fueron exhumados y están en el camposanto. A su esposo nunca se le encontró.

Don Pascual López de 67 años de edad

El segundo testigo del día, Don Pascual, habló sobre el miedo que los crímenes de los soldados provocaron en la población y lo que vivieron escondidos en las montañas:

“ La gente se asustó y se escondieron porque si los soldados los veían los mataban, yo también me fui a esconder a la montaña por miedo.  Los soldados hicieron un destacamento en Xolcuay.

“Fallecieron como 70 personas de la comunidad, vinieron los soldados y los reunieron en un campo y les dispararon, había mujeres y niños.” Los asesinados fueron enterrados por una parte de la población sobreviviente.  Don Pascual señaló  “los pobladores estaban luchando por mejoras en contra de los patrones y por eso mataron al pueblo”

“Los soldados estuvieron 7 años en Amajachel, cada semana o cada diez días nos corrían, solo en las montañas estuvimos y solo pedazos de nylon nos cubrían, solo remendábamos nuestra ropa, no había molino de tortilla, lo quebraron los soldados.”

Miguel Lopez Ramos de 71 años

El tercer testigo, relató que dos de sus hermanas que eran gemelas y su tío, fueron baleadas por el ejército, cuando fueron a la plaza en Nebaj un domingo. En dicha masacre  mataron a niños, mujeres y ancianos. En ese tiempo no pudo enterrar a sus familiares en el cementerio, pero ya fueron exhumados.

Don Miguel vivía en Xolcuay en enero de 1982 cuando llegaron los soldados y quemaron su casa, sus animales y todas sus pertenencias. Posteriormente  Don Miguel huyó  a la montaña, pero relata que continuaron siendo perseguidos y la presencia constante de aviones.

Martes 20 de agosto de 2024

Testigo anónima de 62 años de la aldea Estrella Polar

La testiga relató que el 22 de marzo de 1982 llegaron los soldados a su aldea a las 5 de la mañana mientras estaban comiendo y se preparaban para cortar el café. Relató que los soldados juntaron a los hombres, aproximadamente 90-98 incluyendo niños, en la iglesia católica.

La testiga relató que mataron a todos, incluyendo su papá, el abuelo, su esposo, dos hermanos, y el esposo de la hermana de la testigo. Dijo al tribunal que vio con sus propios ojos cómo cortaron los pies, las manos y la mitad de su papá con machete. También mataron a los cerdos y las vacas de la gente y quemaron su milpa, sus cosechas, su ropa y todas las cien casas de la aldea.

Posteriormente relató que encerraron a las mujeres, las dividieron y  las llevaron a la montaña donde las violaron. Este crimen puso a la testigo enferma y todavía tiene problemas de salud incluyendo alta presión.

La testigo huyó a la montaña y regresó después de cinco días para ver si alguien sobrevivió, pero solamente encontró cadáveres pudriéndose y los perros comiéndolos. La testigo vivió dos años en la montaña antes de regresar otra vez.

La testigo dijo al tribunal: “No habíamos cometido ningún pecado (…) Eso fue lo que hizo Manuel Lucas para matar a la gente. Él fue quien mandó a los soldados. Lo único que estoy pidiendo son mis derechos. Dijimos, no nos vamos a dejar, vamos al Ministerio Público. Por eso nos organizamos.”

Segunda testigo

Marta Chavez Brito, nació el 20 de agosto de 1973 en Estrella Polar.  El día de su testimonio fue su cumpleaños número 51.  Marta Chavez también habló sobre la masacre en Estrella Polar, en el año 1982 tenía 8 años y vivió con sus padres.

La testigo relató que  los soldados mataron a su padre y a su primo Manuel en la Iglesia católica. Junto con su madre huyó a las montañas y así evitó ser encerrada y violada por los soldados. Vivieron allá sin comida y eventualmente su madre falleció por hambre. “Desde que falleció mi papá nos ponemos locos, sólo llorábamos” compartió al tribunal.

Tercera testigo

Juana Brito Ramírez, 77 años, de Chajul

La testiga contó también su experiencia de la masacre de Estrella Polar. No vivía en la aldea pero allá los soldados mataron a su hijo, Rafael Gallego Ramírez, cuando solamente tenía 9 meses de edad. También murieron los nietos de sus suegros, José Gallego y Juana Rito. Con otros familiares la testigo huyó a la montaña. Allí murió de hambre su padre, Domingo Ramírez, y después de dos o tres años, murió su hija Ana Gallego Ramírez cuando ella tenía únicamente 6 meses. La testigo dijo que todavía tiene impactos de salud por su tiempo de vivir en la montaña sin suficiente comida.

“Es tanto daño que nos hicieron, yo no vengo a mentir aquí. Pido que se haga justicia. Eso es lo que necesito.” declaró la testiga ante el tribunal.

Miércoles 21 de agosto 2024

Primera testigo

Catarina Brito Raymundo de 55 años de Xecax, Nebaj

La testigo contó que los soldados llegaron en camiones a su cantón el 4 de febrero de 1982 al mediodía y mataron personas en sus casas, incluyendo muchos de sus familiares—su padre Miguel Brito, su abuela Catarin, su abuelo Pedro, su tío Pedro y su prima Catarina—y sus vecinos Magdalena, Miguel, Pedro, y Fransisco con su esposa y sus hijos. Dijo que los soldados las mataron con armas, después las dispararon y finalmente las quemaron con sus casas enteras. Vio el cadáver de su papá y las cenizas de su abuela. La testigo señaló que los  soldados castigaron a la gente, aunque no tenían relación con la guerrilla. La testigo terminó su testimonio diciendo, “Pido justicia y que no se vuelva a repetir esto porque perdimos bastantes familiares.”

Segunda testigo

Ana de 66 años

Doña Ana testificó que los soldados mataron a su padre, Domingo el 4 de febrero de 1982 en una comunidad de San Juan Cotzal.

La testigo relató que los soldados mataron a sus animales y quemaron  sus mazorcas y su casa, entonces se fueron para que los soldados no los mataran. Los soldados invitaron a su padre  para traer una bandera en una convocatoria que dijeron fue para celebrar la paz. Por el contrario, le dispararon en el pecho junto con los otros cinco vecinos.

La testigo explicó que después de la muerte de su papá, su familia sufrió y nadie les dio apoyo. Recibieron los huesos de su padre pero todavía su muerte les cuesta a su mamá, a sus hermanos y a ella. “Pregunto cómo es posible que la misma autoridad que defiende al país mandó esto, ” concluyó la testigo.

Tercer testigo

Domingo de 46 años de la aldea Cajixay, San Juan Cotzal

El testigo contó que su papá, Nicolás Toma Perez de aproximadamente 45 años de edad, su hermano Miguel Toma y Toma de 25 años y su hermano Antonio Toma y Toma de 27 años fueron asesinados  en la misma masacre del 4 de febrero de 1982 en San Juan Cotzal. Señaló que el ejército tenía una lista de personas para ir al destacamento militar para llevar la bandera en una reunión. Reunieron a todos los hombres de la comunidad, los mataron y quemaron sus casas. El testigo relató que sobrevivió porque estaba con su mamá. Los restos de su papá aparecieron en Xolpe’. Dijo, “Sufrimos porque cuando mis familiares fallecieron era menor de edad, no tenía estudio ni dinero.” Se fue de Cajixay y regresó después de muchos años. Concluyó su testimonio pidiendo reparaciones a la corte por las cosas que perdió a causa del ejército.

Cuarto testigo

Miguel Gómez Toma de 80 años de San Francisco, San Juan Cotzal

Don Miguel compartió que hubo masacre el 22 de enero de 1982 en San Juan Cotzal en que el ejército quemó su casa y mató a muchas de su familiares: su madre Magdalena Toma, su hermana Ana Gómez de la Cruz con sus hijos Juana y Francisco Aguilar Gómez, otro hermano, su tía Inesa Gómez de la Cruz, la madrastra de su esposa Ana López, su suegra Magdalena y las hermanas de su esposa Teresa y María. Contó que llegaron los soldados entre 5 y 5:30 en la mañana, encerraron a su mamá dentro de la casa que era de madera y la quemó. Añadió que mataron a sus vecinos también por la manera de tirarlos y quemar sus 8 casas. Los que sobrevivieron huyeron a la montaña. Don Miguel regresó para ver la aldea después de tres días, se fue a trabajar en la finca por un año y medio y finalmente se mudó a la aldea de San Felipe donde todavía vive. Pidió justicia al tribunal por el sufrimiento que experimentó su familia y su comunidad.

entre el texto, se observa varias personas sentadas, dos mujeres con vestimenta ixil paradas y un hombre sosteniendo su microfono

En el último día, la Coordinadora de Comunidades Ixiles realizó una conferencia de prensa afuera del juzgado, donde hubo discursos, canciones y reflexiones. Foto NISGUA

Esta actualización fue realizada mediante notas propias de observación en el juicio e información de Verdad y Justicia