Las comunidades afectadas llevan más de una década de resistencia ante la imposición ilegal de la mina Escobal. Tahoe Resources, de EE.UU./Canadá, abrió por primera vez la mina, que se encuentra en uno de los yacimientos de plata más grandes del mundo. Desde los primeros rumores sobre ella, la población de la zona ha defendido sus territorios mediante la recuperación de identidades indígenas Xinka, arte, acción directa, casos legales, consultas comunitarias y mucho más.

En 2017, la resistencia logró lo que podría haber parecido imposible: gracias a medidas legales y acción directa, un tribunal guatemalteco ordenó a la mina suspender las operaciones. En 2019 Tahoe Resources, al verse en la ruina financiera, se vio obligada a vender la mina a la empresa canadiense Pan American Silver (PAS). PAS ha seguido vulnerando el territorio indígena Xinka y los derechos humanos al insistir en restablecer las operaciones mineras. La resistencia se mantiene firme en su oposición a la mina dados sus impactos negativos en la tierra y la población.