Martes 30 de julio, audiencia 56
“Quedamos con este miedo de que en cualquier momento nos pueden matar también.”
Sobreviviente del genocidio Ixil
En la audiencia de hoy se incorporaron 2 pruebas documentales y en audio se escuchó el anticipo de prueba de un testigo.
El primer documento al que se le dio lectura fue “Guatemala Programa Documental de Asesinatos Políticos”, informe producido por Amnistía Internacional en relación al Conflicto Armado Interno (CAI). El documento refiere que durante el Gobierno de su hermano Romeo Lucas García, mientras Manuel Benedicto Lucas García era Jefe del Estado Mayor del Ejército de Guatemala, en el país se asesinaron a 5 mil personas.
También el documento constata que los cadáveres de las personas secuestradas durante este tiempo presentaban un patrón de tortura y tiro de gracia, actuar típico de las fuerzas represivas del Estado. Dicho documento manifiesta que las personas secuestradas eran ciudadanos catalogados como “enemigo interno”, esto por ser líderes sindicales e indígenas, maestros, estudiantes, abogados, entre otros.
Además, el documento cuenta con testimonios que relatan cómo elementos del ejército y de la policía actuaban al momento de señalar, secuestrar, torturar y asesinar a aquellos ciudadanos que consideraban que pertenecían a movimientos que no simpatizaban con el actuar del Gobierno de turno.
El segundo documento que el Ministerio Público presentó se titula: “Informe sobre los Derechos Humanos en la República de Guatemala”, realizado por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 13 de octubre de 1981. El escrito aborda el sistema político en Guatemala y las leyes sobre derechos humanos en la Constitución Guatemalteca y también de todas las organizaciones internacionales en que Guatemala participa.
Se presentó un resumen de la línea de tiempo sobre todo el genocidio, de la cual destacamos lo siguiente. En 1966 empezó el estado de terror y la represión de sindicatos, universidades, periodistas, la Iglesia, y campesinos. También empezó una ofensiva militar contra las guerrillas. En 1968 el Arzobispo fue secuestrado por la Mano Blanca y el embajador de los Estados Unidos fue asesinado. En 1971 empezó un estado de sitio y los números de personas detenidas y asesinadas aumentaron. Organizaciones internacionales declararon un estado de emergencia y en Guatemala hubo protestas contra el fraude electoral y respuesta represiva. El gobierno publicó una lista sobre las personas que el ejército quiere detener, y ellos tuvieron que huir del país.
El documento de la CIDH también resume patrones de las secuestraciones ilegales y su impunidad completa. El documento establece que hay un derecho de la vida garantizado en la Constitución el cual al momento de ser redactado no se respetaba el derecho a la vida. En relación a los años que corresponden a la acusación, este documento señala que en este período del CAI fue en el que proliferaron los cementerios clandestinos y el desplazamiento del pueblo Ixil a otras regiones del país y México. También se señala que las detenciones pasaron en público con testigos o en casas frente a niños, y los cadáveres fueron desfigurados con marcas de tortura. El documento reentifazó que el derecho a la vida y la seguridad pública fueron amenazados. La CIDH recomendó “investigar y castigar a todo nivel de la ley.”
Posteriormente, se escuchó el testimonio de Francisco Solís, un hombre Ixil que tenía 78 años al tiempo de la grabación. El ejército llegó cuatro veces a su aldea Pexla Grande entre 1980 y 1983. La primera vez, en 1981, mataron a cinco jóvenes. La segunda vez, en enero de 1982, huyó con 2 de sus hijas mientras que sus otras hijas se quedaron en la casa con su esposa, María Marcos. Los soldados violaron a su esposa y mataron a sus hijas, Ana Solís Marcos (11 años) y Lucía Solís Marcos (14 años).
El testigo relató que quemaron su casa, sus ropas, sus cosechas, y mataron a sus animales. Don Francisco señaló luego de que los soldados se retiraron bajó a la comunidad y que con otros sobrevivientes cavaron 2 zanjas en las que enterraron a las personas asesinadas aunque no pudieron hacer ceremonias para sus muertos ni ir al centro de salud por miedo. Don Francisco Solís huyó a las montañas por más de un año y dijo: “Quedamos con este miedo de que en cualquier momento nos pueden matar también.”
Miércoles 31 de julio, audiencia 57
Este día, desde el consulado de New York, EEUU, declaró como testigo el fotógrafo Robert Nickelsberg, quien fotografió al general Manuel Benedicto Lucas García en varias ocasiones en enero de 1982 y que fueron publicadas en la revista TIME. Nickelsberg señaló que trabajó en el país como periodista, documentando hechos del CAI y otros eventos relacionados con la política. En su intervención describió 7 fotografías que el Ministerio Público le puso a la vista, en las cuales retrató a Lucas García y otros militares. Nickelsberg declaró que fue invitado por el general Lucas García de manera verbal, para hacer un recorrido aéreo en el área Ixil. En ese viaje también iban los periodistas Christopher Dickey, del medio The Washington Post y Dey Turgisn de Los Ángeles Times.
Sobre la primera foto, relató que fue tomada en la base militar de San Juan Cotzal. En ella se puede observar como el general Lucas García, el comandante de la base y otro militar observaban un mapa, posiblemente planeando alguna estrategia militar, ya que la noche anterior el ejército se había enfrentado con las fuerzas insurgentes en el cual varios soldados fueron heridos y 12 perdieron la vida.
En relación a las 2da. y 3ra. fotografías explicó que las tomó en la base militar de Santa Cruz del Quiché. La segunda, tomada en una rueda de prensa asistida por varios periodistas y militares, muestra al General Benedicto Lucas García señalando diferentes bases militares. En la tercera se puede observar a él comunicándose por radio.
Respecto a la 4ta. fotografía respondió que la tomó en enero de 1982 y en ella se puede observar como el general Lucas García y el jefe de la base militar de Quiché, Byron Israel Lima Estrada -quien fue condenado a prisión por el asesinato del obispo católico Juan Gerardi en 1998-, están al frente de un helicóptero de color blanco y azul.
Nickelsberg testificó que durante el vuelo presenció cuando Lucas García ordenó a un oficial disparar en contra de un grupo de civiles que se encontraba en tierra. Nickelsberg narró que el helicóptero se inclinaba para alcanzar a por lo menos diez civiles, quienes corrieron al oír los disparos; agregó que alcanzó a ver a dos mujeres que estaban lavando. “Si ellas huyen es porque son culpables, dijo el general”, declaró el periodista. La escena que describe Nickelsberg, está plasmada en la quinta y sexta fotografía que se presentaron en tribunales.
En la 5ta. foto, indicó que se puede observar un militar sosteniendo un arma y que el copiloto de esa aeronave era el General Manuel Benedicto Lucas García. También iban otros 2 militares y el vuelo duró de 20 a 30 minutos. Declaró que los soldados dispararon en contra de civiles. En la 6ta. fotografía el testigo explicó que se puede observar a un militar con un arma, sin embargo, quien dispara es un oficial de Inteligencia que se ve de particular al fondo. Señaló que otras dos personas (que no se ven en la fotografía) también dispararon a las mujeres que estaban lavando. La orden de abrir fuego la dio Benedicto Lucas García, señaló el periodista.
Posteriormente se le preguntó al fotógrafo sobre un artículo del periódico The New York Times escrito en 2017, titulado Un testimonio de la dignidad en medio de la guerra civil en Guatemala y respondió que la razón de haber publicado el artículo hasta el 2017 fue porque en ese año dicho periódico le preguntó si estaba interesado en acompañar sus fotografías con texto. Indicó que cuando él escribió el artículo no sabía que el General estaba enfrentando un juicio.
Cuando la fiscalía le cuestionó al periodista sobre el usó del término de “tierra arrasada” en dicho artículo dijo: “en aquel tiempo era común escuchar este término cuando la gente se refería a la situación de Guatemala”.
Jueves, 1 de agosto, audiencia 58
Se presentó el perito en fotografía forense Marlon García Arriaga para ratificar un peritaje visual realizado en 1999 correspondiente a las exhumaciones realizadas en el antiguo destacamento militar de San Juan Cotzal, en la comunidad de Asich y en el poblado de Jaunventau.
Agregó que en el cementerio clandestino de San Juan Cotzal se exhumaron 2 osamentas, en Asich una y en Jaunventau se encontraron 16 personas, la mayoría de sus osamentas presentaban perforación de arma de fuego en el cráneo y estaban atadas de manos y pies, además de haber sido arrojadas dentro de la fosa.
Información recopilada por observación directa en audiencias y con información de Verdad y Justicia, FGER y Prensa Comunitaria
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